La vivienda del domicilio familiar del industrial José Pérez Almagro, conocida como “chalet de Melgar”, fue construida a principios de los años 30 del siglo pasado, en la antigua carretera de Lorca, a las afueras del casco urbano de Alcantarilla. Durante la Guerra Civil española fue ocupada por el bando republicano como Cuartel General.

Era una construcción que se vertebraba en una sola planta, con semisótano y una torre mirador de forma cuadrangular y dos alturas, en la que destacaban las tres arcadas en cada uno de los paramentos superiores y el tejado a cuatro vertientes con un alero muy volado. En su interior, desde el vestíbulo principal, con artesonado de madera, partía la escalera noble que conducía al salón de la planta superior iluminado por doce amplios ventanales. El chalet estaba rodeado de un gran jardín verjado, que ocupaba una amplia superficie entre la calle Mayor, por donde se accedía a la vivienda, y la calle Sagunto. Sus características formales ponen a esta construcción en relación con otras villas de la época, como las que aún existen junto al Malecón en Murcia o las levantadas por la burguesía del comercio y la industria de la capital, en las inmediaciones del Mar Menor.

A la derecha de la vivienda existía una calle interior que, como vía de servicio, posibilitaba el acceso de los trabajadores y camiones hasta la fábrica ubicada en la parte trasera. El hecho de que la residencia del empresario y la fábrica, compartieran un mismo espacio, hacía del conjunto un claro ejemplo de arquitectura industrial de principios del siglo pasado.

José Pérez Almagro, natural de Javalí Nuevo, fue un importante industrial, conocido por “Melgar”, y concejal del Ayuntamiento de Murcia en 1928. En los años 30, regentaba una fábrica de conservas en Javalí Nuevo. Aprovechando las posibilidades que le ofrecía la proximidad del ferrocarril, optó por establecerse en Alcantarilla, donde instaló una fábrica de madera y su vivienda particular. La cercanía con la Estación de Lorca le permitió tener su propia línea férrea, por donde entraban los vagones para la carga y descarga de los troncos de maderas procedentes de la Sierra de Segura, como ocurrió en las otras serrerías instaladas en Alcantarilla desde finales del siglo XIX, con José Precioso.

La llegada del ferrocarril a Alcantarilla, propició que desde las primeras décadas del siglo XX, en la Villa se produjera un notable desarrollo económico del sector industrial maderero y conservero, generando puestos de trabajo, crecimiento demográfico y la consiguiente expansión urbana, en la que resaltarían como símbolo del poder de sus dueños, las viviendas de industriales levantadas en la calle Mayor o, como en este caso, a las afueras, próximas a la línea del ferrocarril, lo que tantas ventajas ofrecía a las fábricas de madera.

El “chalet de Melgar”, símbolo de ese auge alcanzado por la industria maderera en las primeras décadas del siglo XX, paulatinamente quedó integrado entre las construcciones de la antigua avenida Calvo Sotelo, al producirse la urbanización y ensanche del barrio de Campoamor. La vivienda, semioculta, tras los pinos y palmeras del amplio jardín, seguía dotando a la calle de un encanto singular.

La antigua carretera de Lorca fue cambiando su fisonomía con los modernos edificios que, poco a poco, configuraron la segunda fase de la vía principal de Alcantarilla, denominada calle Mayor desde 1980. En los años 90, el “chalet de Melgar” fue derribado y su solar se destinó a la edificación de bloques de seis alturas, conforme al Plan General de Ordenación Urbana, aprobado, en 1984.

Actualmente, se conservan dos palmeras del antiguo jardín. Una parte de la verja que circundaba el chalet se colocó en la capilla del Santo Sepulcro de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol.