Esta panorámica de la calle Mayor muestra el ordenamiento urbano de la arteria principal de la Villa en los años 30 del siglo pasado, con viviendas particulares de dos plantas, balcones de hierro forjado e incluso un mirador cuadrangular de madera, volado sobre la amplia acera de la derecha. Resalta al fondo la antigua iglesia de San Pedro Apóstol y la torre del reloj público de la Casa Consistorial, que parece marcar la vida cotidiana de la localidad.
En primer plano se observa una vivienda que fue la residencia del médico D. Elías Artero Egea, con el letrero publicitario del Teatro Mercantil, al que se accedía por la calle Princesa y estaba comunicado por la calle Mayor con el Círculo Agrícola Mercantil, propiedad de José Caride Lorente. Este popular local de ocio y expansión cultural de los alcantarilleros era conocido como “palacio de las pipas”. A finales de los años 30 pasó a ser propiedad de la Empresa Iniesta.
En la acera de la izquierda, se encontraba una vivienda edificada sobre una elevación del terreno en un plano superior al de la calle Mayor, esquina con la calle Montoya. Destacaba la solidez de su construcción con balcón de hierro forjado y ventana abocinada, elementos arquitectónicos de los primeros años del siglo XIX.
Al fondo, resalta un caserón de tres alturas con tejado a cuatro aguas, esquina con la calle de la Amargura, actual Ruiz Carrillo. En la esquina de la planta baja del edificio, se encontraba una tienda de ultramarinos y, al lado, un pequeño taller de ebanistería de Manuel Muñoz, dos de los locales que daban vida a la intensa actividad comercial en la calle Mayor.
En los años 40, esta calle comenzaría a cambiar su fisonomía arquitectónica con la edificación de viviendas particulares de tres o cuatro alturas, como la del edificio esquinado con calle Princesa, obra del arquitecto Joaquín Dicenta Vilaplana, en 1944. La mayoría de estas viviendas aún se conservan en el casco antiguo de la Villa, confiriéndole solera a la arteria principal de Alcantarilla.
