Todo un proceso iniciado en abril del año pasado para nombrarle Hijo Adoptivo de Alcantarilla, ya ultimado y que concluirá definitivamente en un pleno próximo.

Desde ayer la calle que entra desde la avenida Príncipe –frente al Museo de la Huerta y Noria- y que nos lleva hasta la Ermita de la Virgen de la Salud y al Paraje del Agua Salá, luce la placa que da nombre al Arqueólogo Don Daniel Serrano Várez, que junto con el alcalde de Alcantarilla en funciones, Joaquín Buendía, descubrían la misma ante el numeroso público que se dio cita, arropado por la familia y una nutrida representación de las diferentes asociaciones y colectivos de nuestra ciudad.

Durante el acto y a la finalización, el grupo de reconstrucción histórica y arqueología experimental Legio Prima, dio visibilidad al mismo y llevó a cabo un ritual romano.

Buendía tuvo palabras de agradecimiento y felicitación para quién desde ayer daba nombre a una calle de Alcantarilla, en el lugar más adecuado, junto al Cabezo del Agua Salá, por sus muchas horas de trabajo humilde, altruista y desinteresado de investigación que el profesor Daniel Serrano Várez ha venido realizando desde que este albaceteño llegara destinado a finales de los años 70 al Colegio Ntra. Sra. de la Salud y continuar posteriormente hasta su jubilación en el Colegio Jacinto Benavente, en la recuperación de estos vestigios, siendo una persona indispensable para que la narración de la historia de Alcantarilla, a través del tiempo, tenga continuidad entre los siglos quinto antes y cuarto y quinto después de Cristo.

Joaquín Buendía, también manifestó que con este reconocimiento se da continuidad al ya iniciado con el acuerdo plenario que por el mes de abril del pasado año se tenía para nombrarle Hijo Adoptivo de Alcantarilla y que culminará en uno de los primeros plenos ordinarios que se celebren, dado que ha sido fundamental el trabajo llevado a cabo de investigación arqueológica, de una forma científica, en el municipio de Alcantarilla, encontrando yacimientos, estudiando intensamente los mismos y publicando un gran número de artículos en revistas especializadas, trabajos universitarios y en la revista, hoy ya libro, “Cangilón”.

El homenajeado, que estuvo arropado por su familia, tuvo una emocionadas palabras de agradecimiento al Ayuntamiento de Alcantarilla, solicitando nuevamente la colaboración de la futura corporación municipal para dar valor y conseguir que el Cabezo del Agua Salá situado junto a su calle, pueda darnos el reconocimiento histórico, en el conocimiento de los importantes descubrimientos arqueológicos que de él ya han sido recuperados e investigado.

En la primera semana del mes de abril del pasado año en el Archivo Histórico Municipal, en la Casa de Cayitas, quedó abierta hasta el mes de julio la exposición temporal “Arqueología Íbero-Romana Alcantarilla: Daniel Serrano Várez – Alcantarilla a través del tiempo”, organizada por el Ayuntamiento de Alcantarilla y promovida por la Asociación Legado, siendo la misma ya uno de los primeros homenajes y reconocimientos que se le tributaban.

El profesor y arqueólogo Don Daniel Serrano Várez nació Montealegre del Castillo (Albacete), en 1939. Es alcantarillero de adopción desde 1979, año en que fue trasladado a esta localidad para seguir desempeñando su carrera de profesor hasta su jubilación.
Su vida y obra, dentro del ámbito arqueológico, hay que ponerla en relación con el boom urbanístico que sufre nuestra localidad a lo largo de los años 1970 a 1980. Con un estudio previo de la documentación histórica y bibliográfica, y aprovechando el inicio de estas obras urbanísticas, Daniel inspeccionó cada zanja de cimentación excavada en calles del casco antiguo (barrio de San Pedro) de la localidad que halló, así como prospectó los terrenos de huerta y secano cercanos a los cauces del río Segura y antiguo Guadalentín, logrando identificar un número no inferior a 20 yacimientos arqueológicos, y con ello documentar y salvar de una destrucción segura numerosísimos fragmentos y vestigios arqueológicos, principalmente de época ibérica y romana, y en menor medida, islámica.

Igualmente llevó a cabo una serie de prospecciones sobre el Cabezo del Agua Salada y su entorno. Fue aquí, en el camino que hoy día da acceso al Paraje del Agua Salada y junto la Ermita de la Salud que allí se ubica, donde halló en compañía de sus inseparables amigos Jesús Palmeiro y José Riquelme (docentes y entusiastas de la arqueología al igual que él) un gran número de fragmentos escultóricos y arquitectónicos, los cuales formaban parte de los modernos muros o parapetos realizados para aterrazar dicho Cabezo. Como muestra de su profesionalidad y amor a esta ciencia, comunicó cada uno de estos hallazgos a los organismos competentes en materia arqueológica. Debido a la importancia y novedad de estas noticias, se impulsaron las siguientes excavaciones arqueológicas en el término municipal de Alcantarilla:

– Año 1981, se llevó a cabo diversas catas de sondeo arqueológico en el Cabezo del Agua Salada, por D. Ángel Iniesta San Marín y D. José María García Cano.

A comienzos de los años 90:

-Excavación previa a la consolidación y restauración de los Arcos de la Rueda, por la arqueóloga Dña. Juana Gallego Gallardo.

-Excavación de urgencia en el Acueducto de la Rueda, por el arqueólogo D. Manuel López Campuzano.

-Excavación en el hábitat rural ibero-romano, en el Cabezo del Agua Salada y Huerto de los Canales, por el arqueólogo D. Manuel López Campuzano.

-Excavación de urgencia en casco urbano, concretamente en las calles Cartagena y Diego Riquelme, por la arqueóloga Dña. María José Ruiz Sanz.

-Estudio arqueológico de los Acueductos de las acequias de la Alquibla, el Turbedal y la Dava, situados sobre la Rambla de las Zorreras, por el arqueólogo D. Manuel López Campuzano.

Su currículum literario-científico consta de 59 artículos, editados en libros, revistas y blogs especializados, colaborando en varios de estos su compañero Jesús Fernández Palmeiro.

Nuestra localidad de Alcantarilla le reconoce a D. Daniel Serrano Várez, todo su trabajo e investigaciones, ya que si no fuera por sus iniciativas o publicaciones, nuestra Historia a día de hoy estaría fragmentada, y hubiéramos debido de basar mucho de lo acontecido entre los siglos V a. C. – IV d. C. simplemente en hipótesis, que seguramente nos habría llevado a interpretar una Historia, que poco tiene que ver con la que hoy disponemos.