Para conocer todo el trabajo que se realiza en uno de los proyectos que Cáritas diocesanas tiene en la Región de Murcia, en la mañana del jueves, han visitado las instalaciones de la casa taller El Campico, el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Monseñor José Manuel Lorca Planes; el delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Francisco Bernabé; y el alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía Gómez; que han estado acompañados por el director general de Cáritas diocesana, José Antonio Planes y los concejales de Bienestar Social, Francisca Terol y Obras y Servicios, Juan Antonio Mata.

Talleres de artesanía y costura, seguimiento y apoyo escolar, servicios de duchas y lavadoras, acogida, acompañamiento, son entre otras muchas, las prestaciones que ofrece la casa-taller El Campico de Cáritas, situada en el barrio del mismo nombre, que se encuentra en la periferia de Alcantarilla. Una de las zonas que se encuentra con unas importantes carencias, sobre todo con la falta de una red de saneamiento que les permita eliminar los pozos que actualmente tienen para los desagües de sus viviendas.

En el encuentro que mantuvieron con las personas que se encontraban el en la casa taller, el alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía, les adelantó, “que esta semana próxima ya se entregará en la Comunidad Autónoma, en la Consejería de Agua, el estudio que se ha proyectado para llevar a cabo las obras de instalación de redes de agua y saneamiento, para que las viviendas puedan tener sus desagües propios y dejar ya los pozos actuales”. Si todo transcurre con normalidad, teniendo en cuenta los plazos de licitaciones de la administración regional, en cinco o seis mese los vecinos pueden estar viendo las máquinas trabajando en sus calles.

Los responsables de Cáritas de la casa taller El Campico, dieron a conocer a los asistentes, que los vecinos de El Campico viven en situación de pobreza severa. El centro atiende, actualmente, a 70 familias, que suponen más de 300 personas. De ellas, hay 28 familias sin ingresos, 47 que perciben menos de 400 euros al mes.

“Cuidar la dignidad de la persona y buscar recursos para su reinserción en la sociedad, sobre todo en el caso de los más desfavorecidos” es el objetivo que Cáritas lleva a cabo en cada uno de sus proyectos, tal y como lo ha definido el Obispo.

La Delegación de Gobierno ha comenzado una serie de visitas a distintas realidades de esta institución católica, motivo por el que le llevaba su visita a este proyecto en Alcantarilla. Su objetivo es “facilitar la reinserción en el mercado laboral a personas que actualmente están siendo atendidas por Cáritas, que se conozca lo que se está haciendo y que la ciudadanía se mentalice de lo importante que es colaborar con ellos”, ha explicado Bernabé. Asimismo, ha resaltado y agradecido la labor de esta organización: “Donde no llegan muchas veces las administraciones, siempre está Cáritas. La actividad que realiza es absolutamente impagable. Es absolutamente insustituible”.

El ayuntamiento trabajará, con independencia a las actuaciones que desde la Concejalía de Bienestar Social se vienen llevando a cabo, en la soluciones de otros problemas, como ya se viene realizando, en la limpieza de los solares y tierras allí existentes por los propietarios de las mismas, donde suelen llevar escombros y basuras, no depositadas por los vecinos, sino por personas a las que cuesta poder identificar en el momento que realizan los vertidos. También reclamaron la posibilidad de alargar el servicio de transporte público o la puesta de algún punto telefónico público para cualquier tipo de emergencia que les pudiera surgir.

Es importante y así lo destacó el alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía, el trabajo desinteresado, voluntario, que la casa-taller tiene para combatir, en la medida de sus posibilidades, esta situación. Su trabajo se centra en tres proyectos: uno de acogida, otro de formación (centrado en las madres, con un taller de costura y artesanía) y un tercero de menores (con apoyo escolar, todas las tardes, para 70 niños).

“Esta es la única casa de ayuda que tienen en el barrio –explicó Carmen López Cremades, responsable de la casa-taller– por lo que vienen por cualquier cosa: por una subida de tensión, porque tienen que hacer una fotocopia o porque necesitan hablar con alguien”.