Con actuación del Grupo de Coros y Danzas Museo de la Huerta del que fue fundador y sigue siendo su director

Ayer noche se le rindió un merecido homenaje a Antonio Rosell Velázquez “El Lirios”, cumpliendo así el acuerdo plenario para dar nombre a una de la calles de nuestro municipio, a quién en el año 1978 fundara la Peña Huertana “El Barracón” y el Grupo de Coros y Danzas Museo de la Huerta de Alcantarilla y crear tres años después el Festival Internacional de Folklore “Villa de Alcantarilla”, ya próxima su XXXVIII edición. En una noche fría pero muy calurosa por la emotividad que en todo momento tuvimos.

En un acto presidido por el alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía, dio durante el transcurso del acto a conocer la relevante trayectoria que el homenajeado había tenido y tiene en sus ya 84 años de toda una vida dedicada al mundo del folklore, donde es famosamente conocido por su apodo de “El Lirios”. En el mismo también estuvieron presentes miembros de la Corporación Municipal, la senadora por Murcia Nuria Guijarro, el presidente de la Federación de Peñas Huertanas, Juan Pablo Hernández, acompañado por varios presidentes de peñas huertanas, el coronel jefe de la Base Aérea de Alcantarilla, Francisco Javier Fernández, el capitán Urbano en representación del Regimiento de Infantería “Zaragoza” nº5 de Paracaidistas, así como presidentes de varias asociaciones y hermandades alcantarilleras que respondieron a la cita.

La noche tuvo, como no podía ser de otra manera, la excepcional participación del Grupo de Coros y Danzas Museo de la Huerta, que fundara en 1978 “El Lirios” y del que sigue siendo su director, como así recordó el alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía, en su intervención, agradeciéndole los cuarenta años que ha sido presidente de la Peña Huertana “El Barracón”, en la actualidad presidida por María González Soriano.

Joaquín Buendía, recordó la apertura de fronteras que “El Lirios” abrió al Grupo saliendo con sus músicas, bailes y cantes a numerosos países, entre ellos Italia, Francia, Alemania, Bulgaria, Portugal, siendo una de las pocas peñas huertanas que han cruzado el charco y ha mostrado el folklore murciano en México, con actuaciones brillantes, llevando nuestro folklore por muchísimos rincones y participado en numerosos programas de televisión como Gente Joven (de 1.981 a 1.986 ), ” Mañana serán estrellas ” y la colaboración en diversos programas de las televisiones autonómicas como TeleMurcia del centro territorial de TVE o ahora en retransmisiones de 7TV Región de Murcia.

En una noche en la que Antonio Rosell estuvo arropado por su familia, sus hijos Mari Ángeles y Antonio, sus cuatro nietos, Lucía, Berta. Luna y Rodrigo, su hermana Josefa y se recordó las ausencias ya de su esposa Natalia, su hermana Paca o sus padres Antonio y María “la del Callejón”, que para quién no lo sepa se hizo popular en el Javalí Nuevo y en las poblaciones de alrededor por su habilidad en sanar los esguinces. Tanto su hijo Antonio en representación de los hijos y su nieta Lucía en nombre de los nietos, tuvieron palabras cariñosas y de gratitud para su padre y abuelo, como así las tuvo la actual presidenta de la Peña, Mari González.

En la actualidad, Antonio no falta a los ensayos o actuaciones, como si desde su primera etapa en el mundo del folklore fuera, porque a él se también se le debe el haber fundado o relanzar a otros grupos de folklore en Mazarrón, Cañada de Gallego, Morata (Lorca), así como en alguna que otra pedanía murciana, como lo fue en su propia población con “La Contraparada”, en Javalí Nuevo, población en la que ha residido toda su vida y en la que nació un 27 de mayo de 1934.

Huertano ha sido toda su vida, pero el 26 de marzo de 2016, tuvo una gran sorpresa en la noche grande de Exaltación Huertana, al recibir el primero de los galardones que la Federación de Peñas Huertanas de la Región de Murcia instauraba desde sus inicios, nombrándole “Huertano del Año”, en las Fiestas de Primavera de Murcia. Pero los homenajes, premios y distinciones los ha recibido por doquier, en su dilatada carrera en el mundo del folklore, siempre llevando a gala “su” Grupo de Coros y Danzas Museo de la Huerta.

En el año 2008 escribía un texto sobre cómo había que plantar algunos tipos de verduras, siendo editado por el Museo y que presentó en una de las ponencias que “El Lirios” ofreció el 10 de septiembre de ese año en el 8º Seminario sobre Folklore y Etnografía, celebrado en Murcia y que el tituló “Recuerdos de un huertano que aún lo es”.

Antonio Rosell es un gran aficionado a los trovos, pocas mujeres cercanas a él o que encuentre en alguno de los actos que participan, en el que no les brinde algunos de ellos, recordando siempre uno de ellos “El día que tu naciste, el cielo se iluminó. Relucieron todas las estrellas y hasta la luna resplandeció”, como así comenzó su intervención el alcalde de Alcantarilla.

Desde muy pequeño ya trabajaba en la huerta: cavando crillas, sembrando y segando panizo, y cualquier otra tarea que hubiera que hacerse en la huerta de su pueblo.

Sobre los 18 años, ya empezó a hacerse cargo del carro que tenían en casa. A las 10 de la mañana cogía su carro y su burro y se iba al campo de Cartagena (concretamente, a El Albujón) para llenarlo de tomates y regresar ya entrada la madrugada del día siguiente, para llevarlos a la lonja.

Se libró de ir a la mili, ya que su padre Antonio, en el año 55, murió y no tuvo la obligación de ir al servicio militar. Después trabajó, como él lo llama, en la “vía del tren”, donde ponía traviesas en la construcción de la línea ferroviaria, primero en Lorca y después en Cieza. Cobraba 600 pesetas al mes.

Más tarde, y durante 32 años (media vida), su actividad profesional la desarrolló en Transportes “El Triunfo”, empezando como mozo de almacén y pasando después a trabajar de chófer. Cuando cerró la empresa, estuvo una temporada en la empresa de su sobrino Pedro, conduciendo la furgoneta de reparto.

Por último, entró a formar parte de la plantilla del Ayuntamiento de Alcantarilla, al principio en el Polideportivo y después en el Museo de la Huerta, su otro gran corazón, él lo mantuvo como nunca había estado con todas las plantaciones posibles, con árboles frutales que nunca había tenido sus frutos como cuando él los mantuvo hasta su jubilación.

A lo largo de toda su vida laboral, jamás dejó de trabajar en la huerta, en su “Pillica”, su gran pasión junto al folklore. Aún podemos recordar lo orgulloso que Antonio salió no hace mucho tiempo en la prensa escrita en la que decía y lo enseñaba “Mi árbol da más abercoques que hojas”, así lo decía con una fotografía de fondo en su huerto de La Pillica, en su vida no había visto nada igual, el lo achacaba que había pillado una buena época para el cuaje y ha brotado todo lo que ha echado. Al llover ha cuajado bien, así lo manifestaba.